La ciudad de Pontevedra completará este año las obras vinculadas al Camiño Portugués. Lo hará a través de cuatro actuaciones que superan los 4,2 millones de euros y que tienen un doble objetivo: mejorar la calidad urbana y la seguridad vial tanto de vecinos como de turistas y peregrinos. La relación de proyectos incluyen la peatonalización del puente de O Burgo, que está a punto de acabar; la senda de Alba, que se ejecutará antes de que finalice el año, y las reformas de Virxe do Camiño y O Gorgullón, ambas finalizadas en 2019.
La primera de las intervenciones tuvo lugar en Virxe do Camiño. La obra fue adjudicada a la empresa Oresa por 1.146.785 euros y consistió en la humanización de la calle, lo que supuso la implantación de la plataforma única para dar prioridad de paso a los peatones. Las aceras y la calzada pasaron a estar al mismo nivel para mejorar la seguridad vial. También se instalaron unos bolardos para evitar la circulación de vehículos. Estos elementos representaron en número los 64 kilómetros y 500 metros que hay entre este punto y la catedral de Santiago, en un claro guiño a la ruta xacobea.
La actuación también se completó con la restauración del cruceiro y la creación de una plaza con zonas de descanso y estancia para los viandantes. Esta última construcción obligó a elevar el firme, antes en desnivel, y a suprimir la antigua salida del tráfico rodado hacia Eduardo Pondal.
La última gran obra del Camiño Portugués en Pontevedra la impulsa la Xunta. Y consiste en la creación de una senda peatonal segura en Alba, en la carretera que une San Caetano con la N-550. El actual vial no cuenta con aceras y supone un punto negro para la seguridad del tráfico. La zona es paso obligado de los peregrinos. La obra la hará Oresa por 478.385,29 euros. Tendrá seis meses para terminarla.